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Reverendo Smith

A propósito del cine Yanki

¿No les parece curioso cómo los personajes de las películas Yankis quedan para las citas sin concretar la mitad de las veces donde quedar?

-         ¿A qué hora te va bien?

-         A las ocho.

-         De acuerdo, allí estaré.

La otra mitad de las veces, quedan en las citas como si ciudades del tamaño de New York o San Francisco midiesen dos metros cuadrados.

-         ¿Dónde quedamos?

-         En Central Park    

-    Ok, allí estaré.                                                                  

Así, sin concretar lugar. Aquí se queda en una estación de metro, y se pega uno media hora buscando a su cita, incluso a veces ni con el teléfono móvil como apoyo:

-         ¿Dónde te has metido?

-         En la estatua de Botero

-         Pero si estoy en el culo del caballo, y no te veo…

-         Claro, es que llevo 10 minutos montado encima. 

¿Y que me dicen de las peleas? A cualquiera de nosotros nos hubiese sobrado el primer golpe de cualquiera de esas trifulcas para caer en la más absoluta de las inconsciencias. Pero a ellos no, a ellos les trae sin cuidado estar dos o tres horas seguidas propinándose toda suerte de golpes, y seguir levantándose del suelo, más frescos que el pescado del capitán Pescanova, para seguir repartiendo y recibiendo candela.

¿Y la cantidad de balas que son capaces de recibir los malos antes de morir?

Cargadores enteros de 98 balas he llegado a contar en el cuerpo de un maléfico antes de doblar las rodillas en tierra. Es más, en algunas ocasiones después de semejante ración de plomo, es capaz de levantarse a los cinco minutos para seguir haciendo de las suyas. Oigan, un poquito de seriedad, que no tenemos todo el día, y a éste paso vamos a tener que avisar al Cordobés, para que vean lo que es una faena rápida y bien hecha.

¿Los han visto conducir? Unos temerarios, oigan. ¿Es que en las autoescuelas no les enseñan que es de mala educación mantener una conversación de diez minutos, sin mirar en ningún momento al frente cuando se conduce? Las delicias de cualquier pareja de la benemérita y su recetario de multas. Dos minutos les iban a durar la docena de puntos.

¿Y del asunto carnal? Luego vienen a increparnos con las encuestas que los españolitos duran poco en la cama. Pues no vean los Yankis, que a la que se dan dos besos y un achuchoncillo, la escena se corta y cambia a la mañana siguiente. ¿No les parece sospechoso? ¿Eyacularán tan precipitadamente como las guerras que declaran? 

Otro detalle curioso es el de los números de teléfono. ¿Por qué todos los números en Yankilandia siempre empiezan por cinco cinco cinco?(no me dejaré provocar con la rima fácil) Y nos quejamos de Telefónica, pero hombre, aquí por lo menos nos dan prefijos distintos en cada provincia, mucho más original, donde va a parar. Eso si, si tienen una avería es más barato y rápido cambiar a otro número.

Como dice el sabio refranero popular, se cree el ladrón que todos son de su condición, y al parecer, los norteamericanos presuponen al resto de mortales de su misma condición, es decir con un alto porcentaje de estúpidos entre sus filas.

3 comentarios

helenah -

Muy bueno chavalote, veo que tu toque de originalidad sigue al pie del cañón!!!
Lo que me he llegado a reir reverendo, madre mía... je!

Coronel Mortimer -

En contrapartida está la poli yanki, que son peores que el incorrupto y casto cuerpo de la benemérita, que primero disparan y luego preguntan.
Así que si va de coches pretados, o se pone una minifalda, o un chaleco antibalas.

Airos -

Sólo quiero decir una cosa. Se podría atravesar estados unidos sin pagar un duro. Me explico:

Nunca cierran los coches cuando salen de ellos. A esto se le suma que dejan siempre las llaves en el parasol. Si nos entra gusa, los norteamericanos tienen restos de comida dispersa en cubos de cartón.

Con estos ingredientes puedes ir cambiando de coche según te vas quedando sin gasolina y te pegas unas vacaciones a cuerpo de rey.