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Reverendo Smith

El deportivo

-Lo sentimos mucho, pero tras haber estudiado su solicitud meticulosamente, siento decirle que no reúne las condiciones mínimas para que podamos financiarle el modelo de coche que le gusta. Estaríamos en disposición, eso sí, de ofrecerle un utilitario muy versátil y de bajo consumo, adecuado a sus necesidades.Una de las cosas que más me ha jodido siempre, es que se regocijen del estatus económico de uno, y en concesionarios, financieras, bancos, etc., tienen una facilidad innata.Lo que no imaginaba el corbatudo con cara de eyaculador precoz, era que unos minutos después iba a salir por la puerta grande como los toreros.Con una rabia que me asomaba por las orejas, me dirigí hacia el vestuario de personal con una intención primordial: hacer el mal.Tras forzar las cerraduras de marca Señorita Pepis de las taquillas, y haberme hecho con varias carteras, me enfundé en una bata de color azul, al parecer el color que distinguía a los encargados de aquel concesionario gigante.Me acerqué con cara de haber estado una década sin catar hembra al mostrador de recepción, y le dije al becario de turno:-Ramírez abra la caja de los juegos de llaves, y déme la del Porche negro. Nunca he entendido esa costumbre de bordar los apellidos de los empleados en las batas, como en los colegios, pero ésta vez me vino de perlas.-Pero tiene que traerme la autorización, ya sabe que no puedo…-Ramírez, míreme bien, ¿tengo cara de estar en un concurso de chistes? Pues déme las putas llaves, que se está jugando el pan de sus hijos, y un cliente con peor humor que el mío me está esperando para probar al coche. Avise a mantenimiento que lo llenen de gasolina, que en dos minutos voy a recogerlo.Ahora que iba a tener semejante carro, qué mejor que rodearme de buena compañía. Y claro, eso lo encontraría en el departamento de administración.Allí estaba. La rubia con la cara de más vicio que jamás había visto.Me acerqué, y le dije que si me acompañaba a probar un deportivo nuevo, le daba el día de fiesta.

Y así fue como por unos días (tiempo prudente para que la policía no me encontrase haciendo uso del deportivo) disfruté de un buen coche, por cortesía de aquellos que decían que no tenía crédito. ¿Ustedes creen?

5 comentarios

Airos -

Otro añito más, y nada. Usted mismo...

Elsa -

Y entonces fue cuando te despertaste y fuiste a mear al lavabo.

Airos -

Oiga, por Dios, que le di un año de plazo para escribir otra cosa, ¡y ya han pasado casi 20 meses!

fanshawe -

O un R5, en su defecto...

Airos -

Pues qué quiere que le diga, coronel. Los porsche son bien ruidosos, ¿no había ningún corsa? ¡Un corsa rojo, qué se yo!